10 oct 2008

Viernes. 11 de la mañana. Completamente agotado por el trasiego de la semana llego hasta San Andrés y comienzo a subir la carretera que me conducirá a uno de esos lugares que me hacen sentir como en el paraíso. Taganana. Las impresionantes montañas que conforman la Cordillera de Anaga siguen presentándose ante mis ojos como un misterio. Miro a la cima y me pregunto ¿Cómo? Esa falta de respuesta es la que hace que me siga sorprendiendo un paisaje que nunca dejaré de admirar. También tendrá siempre mi admiración las gentes que habitan los distintos pueblitos que salpican de color el verdor de la zona. Taganana tiene playa, Almáciga. A los pies del Roque de Las Bodegas se encuentra “Bar la Playa- Casa África” África es campechana, muy buena gente y está muy pendiente de todo en su negocio que abrió hace ya 36 años. Los que desde aquel día acudieron a comer sus exquisiteces afirman que la cosa en los fogones sigue igual de bien. Hace tiempo tuve referencias de los pulpos fritos. Ya los había degustados en varias ocasiones pero hoy podría entrar en la cocina y conocer el truco. Algo difícil de encontrar en este tipo de restaurantes es una cocina limpia. En Casa África me dejaron ver a la cocinera e acción y eso me dio mucha confianza. Porque había quedado para grabar otro día y yo muy mal educado me presenté sin avisar. ¡Lo siento! Lo dicho, la cocina impecable. Los pulpos se guisaron. Luego fueron a parar a una enorme sartén. Un buen chorro de aceite de oliva, de la buena, y pimiento rojo. Y ya está. Nada más que añadir a la sartén y nada más que añadir a mi opinión sobre semejante plato. Delicioso. Dicen que lo mejor de la gastronomía está en las cosas sencillas y aquí queda claro. Aunque hay que ser sinceros y reconocer que hay otros elementos que ayudan a saborear un buen palto. Casa África es restaurante de los de mantel de hule. Tiene unas enormes ventanas que dan al mar y siempre están abiertas de par en par. La gente que te atiende entre ellos Alicia se esmeran en que todo vaya bien. Y desde luego otros elementos de la carta que ayudan a salir de allí con el alma reconfortada Si pueden pidan una buena ración de pulpo frito. Una bandeja de pulpo guisado con un mojo rojo de ajos que se sale y acompañen todo eso con un buen vaso de vino rosado, bien fresquito que fabrican en la zona. Y pongan punto final al condumio con un barraquito de los que África hace personalmente. Ah, y vayan con tiempo, que a diez metros de esta casa de comidas hay una playa maravillosa que lo mismo nos servirá para dar un buen paseo que para darnos un buen chapuzón. ¡Qué aproveche!

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